AJUSTE o REFORMA, ¿Qué necesita la economía Venezolana?
Ya se ha dedicado mucha tinta y papel al tema que nos toca directamente a todos los venezolanos, los problemas económicos por los que está atravesando Venezuela. Muchos afirman tener una fórmula mágica que permitirá resolverlos casi de una manera inmediata, así como muchos politiqueros que sin ni siquiera entender los principios básicos de economía intentan convencernos que son los únicos que pueden lidiar con esta situación y pretenden darle un continuismo aberrante a las políticas socio-populistas que todos los gobiernos -no solamente el actual- que han pasado por la silla de Miraflores han implementado y son la causa de lo que hoy vivimos. A todo esto el ciudadano común se pregunta, qué se debe hacer para mejorar.
La crisis venezolana es de tal magnitud que una serie de medidas de ajuste –como unificación cambiaria y hasta la eliminación del control cambiario, aumento de la gasolina y sueldos, cobro de peajes por las gobernaciones, entre otras- sólo permitirían tener una sensación de tranquilidad por un tiempo. Los ajustes sólo hacen lo que su nombre indica, solventar muy rápidamente una situación pero no atacan la raíz del problema.
Por su parte una reforma del modelo económico conllevaría a cambiar de fondo lo que se ha presentado, antes y después del Chavismo pero también lo que la supuesta y autodenominada “única y real” oposición tanto defienden, las políticas socio-populistas que tanto han utilizado para lograr sus ambiciones personales y enriquecerse a costillas del erario público. Una reforma sería un cambio total de todo el sistema económico venezolano, el cual se ha caracterizado siempre por ser un socio-populismo político amancebado con un mercantilismo proteccionista donde las élites son los beneficiados a costa de las mayorías.
Mientras siga existiendo en nuestro país la tradición de proteger lo “Hecho en Venezuela” a costa de todo, se estará protegiendo es a una minoría de empresarios que lograron –y logran- ser competitivos amasando fortunas dignas de Forbes gracias a los favores otorgados por el gobierno de turno. Lo ideal es que esos empresarios se ganen el mercado nacional y amasen sus fortunas en buena lid, eso es con una competencia sana, libre y leal; que sea el consumidor el que elija comprar el producto “Hecho en Venezuela” no porque el gobierno encarece o prohíbe la importación de esos productos sino porque el empresario nacional realmente sea mejor que el resto de su competencia.
Dicho esto, todas las personas al leer, escuchar, analizar cualquier propuesta que hagan los politiqueros aspirantes a la silla de Miraflores –sea del bando que sea- deben considerar que no surtirá ningún efecto a largo plazo si sólo se tratan de ajustes, sin importar qué eminencia de la economía lo apadrine. Una reforma del sistema económico es lo que urge en Venezuela, la cual abarque algunos de esos ajustes planteados y otros como la liberación monetaria -eliminación del curso forzoso del bolívar, muy distinto a la dolarización-, levantamiento progresivo hasta eliminar totalmente en el mediano plazo cualquier barrera para las importaciones –repito la única barrera que debe existir es que la empresa nacional sea más competitiva y por ello los consumidores la prefieran-, reformas legales desde la misma constitución hasta normas que rigen la actividad económica del país y otras de las que en futuros post comentaré con más detalle.
Para finalizar les dejo esta hermosa canción de Franco de Vita, no creo que exista venezolano que no haya escuchado alguna vez al Norte del Sur. Cuando Franco la escribió, a mediados de los ochenta, en Venezuela aún se podían tener las puertas abiertas, hoy debemos abrir nuestras mentes y ser más racionales para saber elegir, entender lo que necesitamos y no caer en ilusiones pasajeras, cantos de sirena y pseudo-líderes mesiánicos populistas, porque o si no tus hijos “jamás te lo perdonarán…”