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Decálogo para la prosperidad de Venezuela

Publicado originalmente en El Independent

Como tantas veces en los últimos 20 años, Venezuela está en manos de la “buena fe” de la “oposición”. Sin embargo, esta vez a los cohabitantes de la narcodictadura se les está haciendo difícil repetir la misma ruta de siempre para llegar al mismo final, seguir compartiendo cuotas de poder con el chavismo. Por primera vez en la historia de Venezuela la oposición, eternamente socialista, le tocó abrir paso a las ideas de verdadera libertad y estoy hablando, por supuesto, de la reunión sostenida en la cancillería de Brasil donde digna y merecidamente se encontraban los representantes de Rumbo Libertad.

Sin embargo, como muchos dicen, el camino es largo y aún la noche es muy oscura. Los intrincados caminos de la política, y peor aún la que hace la MUD y otras de sus sucursales con distinto nombre, dificultan la urgida implementación de las propuestas que van dirigidas a reconstruir una República sobre las bases de una verdadera libertad. A la muestra está, todo socialista se acomoda a lo que mejor le convenga. Si le da frutos “respetar” una constitución, que para lo único que sirve es para suplir la escasez de papel higiénico, hace el llamado a respetarla pero cuando no, pide que todos, inclusive gobiernos extranjeros, vayan en contra.

Mientras tanto, los venezolanos debemos tener presente los puntos fundamentales para que la libertad, una vez restaurada, sea sostenible y duradera en el tiempo. Hay que recordar que cambiar de una cárcel muy pequeña, asfixiante, inhumana a otra celda un poco más grande, ventilada y quizás, si es que se puede hablar de eso, un poco menos inhumana, no significa que seas libre. El símil de las cárceles es el caso de cambiar el modelo chavista para retornar al modelo de la 4ta República de la MUD y sucursales, o aplicar las cosas que dicen, y lo peor es las que callan, algunos supuestos “liberales”.

En anteriores artículos expliqué el porqué la libertad es inherente al individuo y no al Estado. Que toda propuesta de Libertad debe asegurarse que el derecho a la propiedad privada sea exclusivamente de los individuos, es decir el Gobierno jamás puede “ser dueño” y hay que eliminar la retórica marxista de que como “algo” es de todos los venezolanos entonces el Estado es el propietario o aquello de “empresas o sectores estratégicos”. Es necesario asegurarle la posibilidad a los ciudadanos de literalmente eliminar al Estado en alguna función que ya no la cumpla o que esté interfiriendo a que el sector privado la realice de una mejor manera, es decir no tiene derecho a la vida. Que esa palabra “central” –que encierra el poder omnipotente de decidir sobre todos- atenta en contra de la sostenibilidad de la Libertad, el centralismo debe ser eliminado totalmente. La necesaria limitación del Estado para asegurarse que en el futuro los socialistas no se aprovechen de haber dejado bajo custodia de la “buena fe”, “disciplina” y/o “sabiduría” de planificadores centrales el hilo, muy delgado y frágil, de la que dependería la libertad.

Es por ello que en la transición se tiene que aplicar una serie de reformas económicas, mundialmente comprobadas, como la única vía a la prosperidad. Las he llamado “El Decálogo para la Prosperidad”:

I- Disminución inmediata del aparato burocrático, eliminando todas aquellas instituciones que están corrompidas y que no permitirán el surgimiento de nuevas, buenas y sólidas instituciones -empezando por la deshonrosa Guardia Nacional-.

II - Libertad monetaria. Aplicación inmediata de la ley de dolarización propuesta por el profesor Steve Hanke mientras se institucionaliza la eliminación del curso forzoso de cualquier moneda.

III - Eliminación inmediata de todo tipo de aranceles, impuestos y barreras al comercio internacional.

IV - Iniciar el proceso de privatización de TODAS las empresas y activos del Estado, siguiendo la propuesta que hemos desarrollado.

V - Entregar directamente a todos los venezolanos el total recaudado por concepto de impuestos a las actividades de petróleo y minas.

VI - Descentralización Municipal. Otorgamiento de autonomía administrativa y presupuestaria a los municipios -el mínimo gobierno central es quien debe pedirle a los municipios y no lo contrario-.

VII - Creación e implementación de un nuevo sistema tributario conformado por un único impuesto al consumo, administrado municipalmente. Establecer como requisito un referendum aprobatorio por parte de todos los electores para nuevos impuestos y para el aumento por encima del máximo establecido por períodos específicos.

VIII - Aceptación inmediata de la ayuda humanitaria y militar internacional.

IX - Desmovilizar todos los colectivos armados, depurar las cárceles, implementar porte abierto de armas, y subastar al público todo el armamento decomisado a los criminales. La idea es que a cada venezolano se le asegure su derecho de autodefensa.

X - Contratar inmediatamente servicios externos para aquellas funciones que el Estado momentáneamente no puede realizar, como justicia –mientras se depura el poder judicial todos los juicios deben ser realizados por cortes internacionales-, seguridad –la ayuda militar internacional jugará un rol importantísimo para asegurar el orden natural durante la construcción de una nueva República-, registros nacionales y aparato burocrático –buscar la asesoría de los mejores para cada ramo, ejemplo Nueva Zelanda para crear un ambiente de negocios idóneo…-.

Los cantos de sirena que llaman a endeudarse más, por cualquier vía, deben ser obviados. Todos los grandes reformistas de países que estaban literalmente hundidos en la miseria por el socialismo, al cabo de un par de años se han arrepentido públicamente de haber aceptado la “ayuda” y “buenos consejos” de entes como el Fondo Monetario Internacional. Si se va a aceptar cualquier ayuda debe ser bajo los términos de una propuesta de libertad. Pero todas esas instituciones tienen una agenda pautada, lamentablemente el socialismo tiene raíces en todos lados, y lo peor que puede hacer un paciente de cáncer de pulmón es cambiar la marca de cigarrillos que fuma para ver si se mejora.

El proceso de transición indiscutiblemente no será fácil. Pero si quienes toman el poder político en ese período tan desafiante e importante elijen las personas adecuadas, comprometidas con la libertad y en implementar lo que se necesita y no lo que políticamente les conviene -para perpetuarse en el poder-, de seguro Venezuela será a la vuelta de unos años un caso exitoso de aplicación de verdaderas políticas de libre mercado como lo son tantos países.


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